domingo, 29 de julio de 2012

El show de Truman - The Truman show


 
1998 es el año en el que se estrenó esta gran película. Su director, Peter Weir, ya era conocido para ese momento gracias al buen trabajo que había realizado en 1989 con “La sociedad de los poetas muertos” y en 1990 con “Matrimonio por conveniencia”. Podrá resultar curioso que siendo una película tan reconocida, hasta ahora la haya visto, pero afortunadamente son tantas las películas que hoy en día tenemos que es fácil no haber visto aún alguna de las grandes producciones cinematográficas que tiene la historia del séptimo arte.  



El show de Truman es, más que una buena película, una excelente historia. Ahora, de nada valdría tener un magnifico guión si no se tienen unos grandes actores que la lleven a cabo; cosa que no sucede en esta producción: Jim Carey se luce y nos entretiene, una vez más, haciendo un papel –el de Truman Burbank- que encaja perfectamente con su personalidad: un tipo único, con un alto contenido de buen humor, que se enfrenta a las situaciones más inverosímiles y dramáticas. Por esto, The Truman show, además de una gran historia, es un juego divertido, del cual también somos parte nosotros: somos los espectadores de los espectadores de un programa de televisión. Los que están viendo “The Truman show” no son solo las meseras, los vigilantes, las ancianas, también somos cada uno de nosotros, y por eso queremos saber qué pasa con la vida de Truman; también nosotros somos introducidos en ese juego.



Películas como “El señor de las moscas”, “El juego”, “El experimento” o “La isla”, nos plantean un dilema ético: lo que comienza siendo, aparentemente, “un experimento”, “un juego de niños”, termina convirtiéndose en una peligrosa realidad, en una situación incontrolable por parte de aquel que la maneja. Es el dilema de la realidad vs la ficción, es el dilema de la libertad vs el control, es el dilema del hombre vs Dios. Truman ha crecido en un mundo ficticio para los demás pero real para él, y por eso es posible que viva indefinidamente en ese mundo de ficción, así como también es viable que llegue a conocer el mundo de lo real. Como persona que es, Truman es inteligente, actúa con voluntad propia: es libre. Pero esa libertad está condicionada por el control que sobre él ejerce su creador, Christof. El problema surgirá entonces cuando la creatura ponga en ejercicio su libertad y el creador intente seguir controlando y transmitiendo a los televidentes su vida, asumiendo el papel de Dios sobre Truman. Es por eso que, al final, el futuro del protagonista queda en manos de su creador.

sábado, 21 de julio de 2012

Intocable – Intouchables


Intocable es un tributo a la amistad. Una amistad que se da entre dos personas diametralmente opuestas: Philippe Pozzo di Borgo y Abdel Yasmin Sellou. El primero, un rico tetrapléjico que vive en una lujosa mansión parisina, y el segundo, un inmigrante de origen senegalés desempleado que hace seis meses salió de la cárcel. Todo comienza cuando Abdel es contratado por Philippe para que sea quien lo cuide. Estamos ante una historia de la vida real, contada por el mismo protagonista en un libro que lleva el mismo título.

La amistad es un proceso y requiere del tiempo y de la convivencia para llegar a consolidarse. Lo que comienza siendo un juego, termina convirtiéndose en un nuevo sentido para la vida de los personajes. Abdel asume inicialmente su tarea como algo cómico, gracioso: rompe inocentemente con las formas establecidas para el cuidado Philippe por parte de un séquito de personas que están a su servicio; y es así como llega a ganarse la confianza del aristócrata. En ocasiones, lo que necesitan las personas que se encuentran en una situación como la de Philippe es salir de la rutina en la que viven, pero se necesita de alguien con la gracia de Abdel que sea capaz de hacerlo, dado que ellas, por sí mismas, no lo harán. “Ahora me toca a mí decidir” le dice Abdel a Philippe, cuando aún le queda la tarea más importante por hacer.

Es así, entonces, como comienza un cambio radical en la vida de Philippe y de su hija. Se pasa de una cierta frustración, una cierta resignación, a un mundo de oportunidades, a un mundo en donde muchas cosas son viables, a pesar de las limitaciones. Se llega a la esperanza luego de tener una visión, en momentos, pesimista del mundo y de la vida. Lo que inicialmente era un imposible en la vida de Phillipe, poder establecer una relación sentimental con una mujer, termina siendo una posibilidad gracias a los buenos oficios de Abdel.    

Lo que sucede en Intocable tiene similitud con lo que sucede en “The Bucket List” (2007), de Rob Reiner, en donde Jack Nicholson y Morgan Freeman establecen una relación de amistad en un contexto y unas formas parecidas. Sin embargo, el gran éxito que ha tenido en Francia Intouchables, al convertirse en la segunda película francesa más exitosa de todos los tiempos (en número de espectadores) y en el tercer éxito más grande de todos los tiempos de la taquilla francesa, hacen de éste un film difícil de olvidar.

Para terminar, no quisiera dejar de mencionar el gran aporte que hace Ludovico Einaudi con la banda sonora de la película, con un estilo minimalista llega al alma del espectador.  

Una separación - Jodaeiye Nader az Simin



Asghar Farhadi nos vuelve a deleitar, luego de About Elly, con una gran película: La separación de Nader y Simin – el título iraní de la película. Ganadora del Oscar a mejor película extranjera, el Oso de oro del Berlinale de 2011 y el Globo de oro a mejor película en lengua no inglesa, “Una separación” es una película que promete bastante al espectador y que no defraudará a quien la vea.
A simple vista la película muestra el proceso de separación de Nader y Simin, una pareja de esposos que quiere salir de Irán en busca de un mejor futuro para su hija, pero cuyos planes se ven trastocados gracias a la enfermedad de Alzheimer que recién padece el padre de Nader. Ante esta eventualidad, Nader decide interrumpir el viaje y es cuando Simin decide separarse de él. Con lo dicho hasta el momento todo pareciera indicar que estamos ante un guión simple, de una historia aparentemente cotidiana; pero es allí donde aparece el talento del guionista y director. Si se pudiera hacer un símil de la película, se podría decir que es como una avalancha, una bola de nieve que a medida que va rodando –con los distintos puntos de giro que se van presentando en la película- va aumentando su tamaño, siendo al final imposible de controlar.
Los vericuetos de la historia comienzan con la llegada de una mujer, Razieh, que contrata Nader para el cuidado de su padre, y con ella una suma de eventos inesperados. Es allí cuando comienzan dos historias paralelas cada una con sus respectivos intríngulis: a la vida de Nader y Simin, se une la vida de Houjat y Razieh. Al proceso de separación de Nader se le suma su responsabilidad en el aborto involuntario de Razieh. Es una película que plantea esos dilemas morales en medio de un país con un alto referente religioso, una película que comienza con un viejo que se está muriendo, y que nos lleva al otro extremo inmediatamente, a la muerte de un niño que aun no ha nacido.
Con este dilema moral toma realce la figura de Termeh, la hija de Nader y Simin –en la vida real la hija de Farhadi-. Ante la posible responsabilidad de su padre en la muerte del niño que estaba esperando Razieh, Termeh quiere saber la verdad de lo acontecido. Y es acá cuando la bola de nieve, las mentiras sucesivas de su padre, comienza a crecer y se empiezan a complicar cada vez más las cosas, tanto con su madre –Simin-, como con Houjat y Razieh.
Termeh no es ajena a la conducta moral de sus padres, sabe que tanto su papá como su mamá no han actuado de un modo correcto y es por eso que al final la decisión será muy difícil: escoger con cuál de los dos quedarse.