Asghar Farhadi nos vuelve a deleitar, luego de About Elly, con una gran película: La separación de Nader y Simin – el título iraní de la película. Ganadora del Oscar a mejor película extranjera, el Oso de oro del Berlinale de 2011 y el Globo de oro a mejor película en lengua no inglesa, “Una separación” es una película que promete bastante al espectador y que no defraudará a quien la vea.
A simple vista la película muestra
el proceso de separación de Nader y Simin, una pareja de esposos que quiere
salir de Irán en busca de un mejor futuro para su hija, pero cuyos planes se
ven trastocados gracias a la enfermedad de Alzheimer que recién padece el padre
de Nader. Ante esta eventualidad, Nader decide interrumpir el viaje y es cuando
Simin decide separarse de él. Con lo dicho hasta el momento todo pareciera indicar
que estamos ante un guión simple, de una historia aparentemente cotidiana; pero
es allí donde aparece el talento del guionista y director. Si se pudiera hacer
un símil de la película, se podría decir que es como una avalancha, una bola de
nieve que a medida que va rodando –con los distintos puntos de giro que se van
presentando en la película- va aumentando su tamaño, siendo al final imposible
de controlar.
Los vericuetos de la historia
comienzan con la llegada de una mujer, Razieh, que contrata Nader para el
cuidado de su padre, y con ella una suma de eventos inesperados. Es allí cuando
comienzan dos historias paralelas cada una con sus respectivos intríngulis: a
la vida de Nader y Simin, se une la vida de Houjat y Razieh. Al proceso de separación
de Nader se le suma su responsabilidad en el aborto involuntario de Razieh. Es
una película que plantea esos dilemas morales en medio de un país con un alto
referente religioso, una película que comienza con un viejo que se está muriendo,
y que nos lleva al otro extremo inmediatamente, a la muerte de un niño que aun
no ha nacido.
Con este dilema moral toma realce
la figura de Termeh, la hija de Nader y Simin –en la vida real la hija de
Farhadi-. Ante la posible responsabilidad de su padre en la muerte del niño que
estaba esperando Razieh, Termeh quiere saber la verdad de lo acontecido. Y es
acá cuando la bola de nieve, las mentiras sucesivas de su padre, comienza a
crecer y se empiezan a complicar cada vez más las cosas, tanto con su madre –Simin-,
como con Houjat y Razieh.
Termeh no es ajena a la conducta
moral de sus padres, sabe que tanto su papá como su mamá no han actuado de un
modo correcto y es por eso que al final la decisión será muy difícil: escoger con
cuál de los dos quedarse.
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