lunes, 31 de diciembre de 2012

Billy Elliot - Billy Elliot




La lucha por un ideal. Si se hiciera el ejercicio de resumir en una frase el mensaje de esta película, esta sería, para mí, la forma más adecuada.
Muy probablemente todas las personas adultas hemos pasado por la elección de la actividad que vamos a desarrollar a partir de un momento dado en nuestra vida: la elección de la Carrera o la elección de un nuevo trabajo. Pero lo que para algunos puede ser una simple decisión, para otros puede ser un poco más complejo. Recuerdo en este sentido la conversación que tuvo un hijo con su papá en torno a la Carrera que deseaba estudiar: filosofía. Obviamente las preguntas del papá no eran sencillas: y ¿de qué vas a vivir?... De vender los libros que escriba, respondió el hijo… Pues empieza rápido a escribir porque de lo contrario no te va a dar para vivir, sentenció el papá.
Es por situaciones como la anterior que no todas las decisiones sobre el futuro laboral de una persona son sencillas. Cuántas personas quizás por el miedo a confrontar a sus papás o por el qué dirán no han seguido la actividad que les apasiona, para la que quizás tienen una habilidad innata. Pues esto es lo que pasa en Billy Eliot. Billy, por esas casualidades de la vida, ha encontrado una pasión, una labor para la que tiene una destreza natural: el ballet. El problema: su familia. Hijo de un padre machista que ha enviudado y con un hermano mucho mayor que él, el tema no será fácil; más si tenemos en cuenta que tanto papá y hermano están desempleados. Pero los proyectos, como decía alguien, no salen por falta de plata sino por falta de ganas y aquí no faltan las ganas, no solamente en Billy sino en su profesora y en su amigo Michael, que buscarán superar muchas de las dificultades que puedan llegar a presentarse en el camino; que indudablemente no serán pocas.
La elección del protagonista no fue sencilla, teniendo en cuenta que se requería para este papel un niño que además de actuar supiera bailar. El seleccionado fue Jamie Bell, que desde los seis años de edad comenzó clases de danza y pertenece a una familia de bailarines. Con estos antecedentes se ganó el papel en medio de una competencia de 2000 candidatos. Así inició su vida como actor en el que, quizás hasta el momento, ha sido el mejor papel de su carrera. Su soltura para actuar y para bailar le concedieron en 2000 el premio BRAFTA a mejor actor. Resultan memorables las distintas escenas en las que muestra todo su potencial como bailarín.
Estamos entonces ante una película que no defrauda y que dejará un buen sabor después de ser vista.  


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