La lucha por un ideal. Si se
hiciera el ejercicio de resumir en una frase el mensaje de esta película, esta
sería, para mí, la forma más adecuada.
Muy probablemente todas las
personas adultas hemos pasado por la elección de la actividad que vamos a
desarrollar a partir de un momento dado en nuestra vida: la elección de la
Carrera o la elección de un nuevo trabajo. Pero lo que para algunos puede ser
una simple decisión, para otros puede ser un poco más complejo. Recuerdo en
este sentido la conversación que tuvo un hijo con su papá en torno a la Carrera
que deseaba estudiar: filosofía. Obviamente las preguntas del papá no eran
sencillas: y ¿de qué vas a vivir?... De vender los libros que escriba,
respondió el hijo… Pues empieza rápido a escribir porque de lo contrario no te
va a dar para vivir, sentenció el papá.
Es por situaciones como la
anterior que no todas las decisiones sobre el futuro laboral de una persona son
sencillas. Cuántas personas quizás por el miedo a confrontar a sus papás o por
el qué dirán no han seguido la actividad que les apasiona, para la que quizás
tienen una habilidad innata. Pues esto es lo que pasa en Billy Eliot. Billy,
por esas casualidades de la vida, ha encontrado una pasión, una labor para la
que tiene una destreza natural: el ballet. El problema: su familia. Hijo de un
padre machista que ha enviudado y con un hermano mucho mayor que él, el tema no
será fácil; más si tenemos en cuenta que tanto papá y hermano están
desempleados. Pero los proyectos, como decía alguien, no salen por falta de
plata sino por falta de ganas y aquí no faltan las ganas, no solamente en Billy
sino en su profesora y en su amigo Michael, que buscarán superar muchas de las
dificultades que puedan llegar a presentarse en el camino; que indudablemente
no serán pocas.
La elección del protagonista no
fue sencilla, teniendo en cuenta que se requería para este papel un niño que además
de actuar supiera bailar. El seleccionado fue Jamie Bell, que desde los seis
años de edad comenzó clases de danza y pertenece a una familia de bailarines.
Con estos antecedentes se ganó el papel en medio de una competencia de 2000
candidatos. Así inició su vida como actor en el que, quizás hasta el momento,
ha sido el mejor papel de su carrera. Su soltura para actuar y para bailar le
concedieron en 2000 el premio BRAFTA a mejor actor. Resultan memorables las
distintas escenas en las que muestra todo su potencial como bailarín.
Estamos entonces ante una
película que no defrauda y que dejará un buen sabor después de ser vista.
No hay comentarios:
Publicar un comentario